¿Alguna vez te has preguntado por qué los aportes a la seguridad social son obligatorios? Bueno, resulta que esta regla tiene raíces profundas y está protegida por nuestra Constitución.
Para empezar, debemos entender que la obligatoriedad de los aportes a la seguridad social es algo muy serio. De hecho, está en el nivel más alto de nuestras leyes, en la Constitución Nacional. Eso significa que para cambiarla, tendríamos que reformar la Constitución, y eso no es tarea fácil.
¿Pero por qué es tan importante que los aportes sean obligatorios? La respuesta está en dos palabras: previsión y equidad. La idea es que todos, sin importar quiénes somos o cuánto ganamos, contribuyamos a un sistema que nos protege cuando más lo necesitamos, como en tiempos de enfermedad o jubilación. Es como un seguro colectivo que nos cuida a todos.
Imagina por un momento que los aportes fueran voluntarios. Algunas personas podrían elegir no hacerlos, y eso podría poner en peligro la sostenibilidad del sistema. Para evitar eso, en muchos lugares los aportes se descuentan directamente de los sueldos de las personas que trabajan para empresas u organizaciones. Es una forma de asegurarse de que todos aporten de manera justa.
En algunos casos, como el que estamos tratando, si alguien no paga sus aportes, la ley permite que se les cobre a través de procesos judiciales. Sin embargo, hasta ahora, esto no ha sido necesario.
Para evitar que la deuda de los aportes se acumule, la misma ley establece un criterio en el que los colegios y consejos profesionales pueden exigir a sus miembros estar al día con la Caja, es decir, con los aportes del año anterior.
En resumen, la obligatoriedad de los aportes a la seguridad social es una regla fundamental respaldada por la Constitución. Nos asegura a todos una red de protección cuando más lo necesitamos y mantiene las cosas justas para todos, independientemente de nuestra situación. Es una regla que no se cambia fácilmente, pero que busca mantenernos a salvo y protegidos.