El Sistema Previsional conjuga algunos componentes que deben estar siempre en equilibrio:

  • los aportes,
  • la administración de esos aportes y
  • los beneficios.

Si los aportes son mínimos, los beneficios también lo serán.

El equilibrio adecuado supone aportes suficientes para beneficios razonables.

Al desempeñar las labores profesionales por fuera del sistema, vulgarmente “en negro”, no hay aportes, se pierden y en el futuro redundarán en el beneficio, reduciéndolo.

Para que el aporte sea suficiente debe también ser parejo. Es decir, todos los afiliados deben aportar para asegurar que el sistema funcione con justicia.

La Ley 7361 en su Artículo 74º, establece dos obligaciones de los Colegios:

  1. Una vez al año, solicitar que se acredite la cancelación de la CAMO mínima del ejercicio anterior.
  2. Pedir la constancia del aporte, previo a cada labor profesional.

La Caja controla el cumplimiento de estos requisitos pues con esos recursos se pagan los beneficios contraídos.

El sistema es un continuo: todos los que aportan hoy aseguran los beneficios actuales. En el futuro otros aportarán para pagar las futuras jubilaciones.

La Caja ofrece diversas alternativas de pago diferido de las deudas previsionales.