Con motivo del 20 de septiembre, Día del Jubilado y la Jubilada, desde La Caja de Previsión Técnica de Mendoza les enviamos un afectuoso saludo, sosteniendo firmemente la idea de trabajar contra las valoraciones negativas contra los adultos mayores.

El origen de esta fecha conmemorativa viene del 20 de septiembre de 1904, día en que se sancionó la primera Ley 4.349 de Jubilación, correspondiente a funcionarios, empleados y agentes civiles del Estado. Esta ley reconoció por primera vez el beneficio previsional para los empleados públicos de la Nación.

En nuestra sociedad, donde se tiende a valorar a las personas por su vinculación con la capacidad de producir o de acumular riqueza material, se pretende instalar el paradigma de emular a la juventud, sana, fuerte y productiva. En sentido inverso, se ha cargado de signos negativos a la ancianidad, asociándola a la enfermedad, la incapacidad y la improductividad y en igual sentido a las personas jubiladas a quienes se las menciona como pasivas y retiradas, no solo de la actividad productiva, sino de la vida en general.

Sobre la base de esta valoración negativa estereotipada se ha generado toda clase de actitudes y prácticas discriminatorias, que van desde el aislamiento en el seno de la familia, a la falta de respeto en la vía pública, o el maltrato en las instituciones, todas éstas, situaciones que la sociedad naturaliza.

Desde La Caja de Previsión Técnica de Mendoza, sostenemos que la edad no es un factor determinante que justifique la pérdida de las capacidades y potencialidades de este grupo social y mucho menos la estigmatización y marginación.

El derecho a una vejez digna comienza sin discriminación.